diumenge, 18 de novembre del 2012

Desliz Freudiano

Según una frase popular Estadounidense, un partido de alta tensión no termina hasta que la “mujer gorda no canta”. Es una frase que se oye bastante en el mundo deportivo americano, pero esta semana ha dado la vuelta al mundo atreves de los labios de la Christine Lagarde. La directora gerente del FMI hacia referencia a la situación de Grecia, y a la necesidad de encontrar financiación por las modificaciones en su programa.

Mas allá de los detalles en cuestión, hay un punto clave que parece que no ha llamado suficientemente la atención. Esta vez la disputa no esta entre Grecia y la Troika, sino entre los mismos socios que tienen la tarea de supervisar la implementación del programa griego. El parlamento Griego ha aprobado todas las medidas que se le han exigido, y aquí la dificultad se encuentra en el hecho de que el país ha conseguido una prorroga de dos años en los plazos otorgados para conseguir sus objetivos de déficit. El problema es que aquí nada viene gratis, y el tiempo es oro, o como mínimo dinero, y hay que resolver el tema “quien tiene que pagar”.

El fondo monetario lo tiene claro, no piensa asumir perdidas. Por lo que quienes tienen que asumir estas son los socios Europeos. Pero detrás de esta realidad hay otro detalle que parece perdido en la niebla transatlántica. La administración Obama ya sabe que tiene cuatro años más. Es decir, la postura de los Estados Unidos ha cambiado. Durante el 2012 no querrían ningún problema que podía incidir negativamente en las posibilidades de relección de Barack Obama, como por ejemplo una crisis de dimensiones importantes en Europa.

Los anglo sajones tiene fama de ser muy realistas en su planteamiento en frente de los crises económicos. Fuera de Europa hay un gran consenso de que las deudas griegas no son sostenibles, y de que otra quita importante es inevitable. O eso, o se toma el toro por los cuernos y Grecia sale de la moneda única.

Los meses que siguen a la instauración del nuevo gobierno alemán serán críticos. Por lo tanto hay que esperar que la referencia de Lagarde no resulta desafortunada, porque la mujer que dio origen a su frase no fue otra que la Brünnhilde de Wagner, que canta al final de la opera Götterdämmerung, y no hay que ser un asistente asiduo al Liceo para saber qué pasó en el mundo de los valkyrie al finalizar la canción - el mundo acabó.

L'article que va publicar La Vanguardia el diumenge 18 de novembre de 2012 en el suplement Dinero