diumenge, 16 de juny del 2013

La Segunda Batalla de Termopila

El mea culpa del Fondo Monetario Internacional admitiendo que había incurrido en graves errores entorno al rescate griego de 2010, es tanto bienvenido como preocupante. Según ellos, sus técnicos ya eran conscientes en el momento de diseñar el programa, de que la deuda soberana griega no era sostenible y necesitaba una reestructuración.

No obstante, el FMI hizo unas proyecciones excesivamente optimistas cuyo objetivo era enmascarar esa cruel realidad para evitar que la crisis griega se extendiese por toda Europa. Resultado: pagaron pecadores por otros pecadores…. y pasó lo que pasó.

Esta noticia es inquietante por dos motivos. En primer lugar esta misma semana el FMI ha acordado el pago de 657,5 millones de euros a Portugal como parte de su rescate, y en su informe acompañante ha dicho que el país progresa adecuadamente. Sin embargo, con una deuda soberana de más de un 120% del PIB y una deuda privada de más de un 250% no son pocos los expertos que piensan que este país, al igual que Grecia, tiene una cantidad de deuda impagable por lo que una eventual reestructuración es inevitable. O sea ¿no estaría el FMI recurriendo en el mismo error a pesar de su autocrítica?

En segundo lugar hay que reconocer que Grecia, a pesar de todos sus errores, ha pagado un precio muy alto. Y siguiendo la línea argumental del FMI, ¿no ha pagado este precio, en parte, para dar más tiempo a otros como sus antecesores espartanos en la batalla de Termopila?

Por lo tanto ¿no sería lógico que el país cobre algún tipo de recompensa por sus esfuerzos? Digo esto, porque en otro documento recientemente emitido, la organización multilateral llega a la conclusión de que la deuda griega – debido a un deterioro inesperado - está una vez más en una línea insostenible y por lo tanto necesitará otra reestructuración antes de finales de 2014. Dadas estas circunstancias, y el servicio prestado, no estaría de menos que los otros países miembros de la Zona Euro perdonasen una parte del dinero prestado. ¿O es que la palabra solidaridad no se aplica en estos casos?

L'article que va publicar La Vanguardia el diumenge 16 de juny de 2013 en el suplement Dinero