diumenge, 19 de maig del 2013

Crecimiento, ¿Qué crecimiento?

Leer detenidamente la última entrega de datos económicos relacionados con las economías de la zona euro no es una actividad especialmente alentadora. El estancamiento en todas partes es evidente. Incluso el gigante económico, Alemania, ha sacado una cifra decepcionante, un pequeño 0,1% trimestral, o una tasa anual de un 0,2%. Quizás el golpe sería más fácil de aguantar si se pudiera imaginar que de aquí a un año la situación mejorará, pero la triste realidad es que los últimos indicadores apuntan a un deterioro en los próximos meses, y una segunda mitad del 2013 bastante complicada.

La economía griega cayó un 5,3% anual pero en cierto sentido estamos ya acostumbrados a esas cifras tan escalofriantes del país de Homero y, además, en comparación con la caída de un 7% de hace un año, casi casi se puede notar una tendencia a la mejora. Más sorprendente fue el rendimiento de dos economías normalmente consideradas fuertes, Finlandia y Holanda. Los dos países están en recesión y sus economías ya llevan mucho tiempo contrayéndose. A lo mejor muy pronto el señor Schaüble comenzará a insistir en que sus ministros de finanzas empiecen a asistir a las mismas clases de competitividad que se han puesto en marcha en Bruselas para sus homólogos griegos, italianos, portugueses o españoles.

Pienso que quizás esta situación nos debe llevar una profunda reflexión, una reflexión que va mucho más allá del debate sobre austeridad versus estimulo, o sobre si el BCE está haciendo la política monetaria adecuada. Nuestras sociedades están envejeciendo a tasas sin precedentes en toda la historia. Una gran parte del crecimiento económico del pasado ha venido del crecimiento en la fuerza laboral. España está ya a punto de empezar su largo camino hacia abajo, al igual que toda Europa. En estas circunstancias, del todo nuevas, ¿es realista seguir anhelando el pasado y esperando que las cosas, una vez más, vuelvan a ser como eran? No sería más realista y practico buscar formas más equitativas de distribuir la carga de este ajuste, y no dejar a un trabajador de cada cuatro, o a un joven de cada dos cargar solos con todo el peso?

L'article que va publicar La Vanguardia el diumenge 19 de maig de 2013 en el suplement Dinero